Desfile eterno, por el desierto plantando ilusiones infértiles. Son personajes ocultos en sus disfraces, rendidos frente a la obligación de luchar por sus ideales de alegría desiertos de seguidores.
Y es su vida su meta alcanzada, mientras a los demás se les va derritiendo el alma empapándose los pies de ella sin siquiera darse por enterados. Y no quitan su disfraz por miedo, pero no por el miedo de salir de un mundo irreal, sino por miedo de entrar al mundo irreal de los sin alma.
La verdad de su realidad es ínfima. La veracidad de tu realidad es innegable. Procura que la felicidad demarque tu entorno y te veras inmerso en una existencia la cual defenderás como verdad absoluta.
“Por que ese cielo azul que todos vemos no es cielo ni es azul…”












Y un día, improvisadamente estallo desde mi interior para sumergirme en lo externo. El recibimiento fue acogedor, paisajes estremecedores esperaban mi llegada, me sentí necia y torpe.
A veces recaigo en la indiferencia sin percatarme de tus relatos, así como hay días en los cuales decides opacarte y te muestras reflexiva, no me irrito solo dejo que te nubles como alguna vez yo lo he estado y dejo que me esquives tal como alguna ves yo a ti te he ignorado.
Los días en que nos fusionamos consuelan todo desencuentro que podamos tener, y así sedienta de tus luces me entrego estremecida ante tu espectáculo, me siento parte y navego en tu mundo. Tal vez varios lo hagan pero me siento única, tal vez tantos ignoren tu presencia sin siquiera imaginar lo que se pierden. Coloridas ilusiones que degluten mi libido.
Estos personajes que he descrito, te encontraron, y en ti se quedaron, preciado deseo que abunda en mi cabeza. Algún día me animare, por lo pronto solo te espío, que no es poco. Redundas mis placeres con magistrales ilusiones… por que ese cielo azul que todos vemos no es cielo ni es azul, lastima que no sea verdad tanta belleza…
Pero en mi la lastima se ausenta, sospecho con terquedad tu verdad. Cuando incentivas la madrugada formas parte de mi realidad, la verdad se vuelve infértil ante tan desmesurado espectáculo. Aún temo definirte como belleza, hay algo sublime en vos que vuelve banal la definición de lo bello...
Por que ese cielo azul que todos vemos, no es cielo ni es azul, lastima que no todos asuman como verdad tu inexistencia.


vendaval

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vertiginoso vuelo

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